Los ataques de Gaspar eran así: sus patitas tiesas, su hocico comprimido, el rabo entre las patas y obvio, las convulsiones. Silencioso como nunca antes, el perro se robaba la compasión de su familia, de mi familia.
Así como yo tomo carbamazepina para eliminar las convulsiones, también existen medicamentos que ayudan a aplacar las crisis en gatos y perros. Porque el mundo felino tampoco se salva.
Fenobarbital es el nombre del medicamento más utilizado en el tratamiento para animales. Debe suministrarse dos veces al día y mínimo por seis meses.
Gaspar hace meses que no convulsiona, yo hace años. El perro está a punto de terminar su tratamiento, yo también. Nunca supimos el origen de la epilepsia de Gaspar, tampoco el mío. Si yo tuviera cuatro patas y cola, seríamos exactamente iguales.